viernes, 6 de mayo de 2011

Brothers in arms

[Antes de saborear esta entrada, conviene ver
-mejor a pantalla completa- el viejo videoclip que le sirve de título]


A pesar de la escasa memoria remota del que esto suscribe, hay determinados recuerdos que me acompañan de por vida, que se obstinan en desaparecer y emergen muy de vez en cuando, persistentes.

Alrededor del año 1985, en plena infancia, me recuerdo absorto contemplando esta mezcla entre dibujo e imagen real, maravillado ante la silueta de Mark Knopfler sobre un acantilado; escuchando las palabras "mist covered mountains", tan evocadoras, sin entenderlas en absoluto; y persiguiendo con la mirada el velero que navega a través de su ojo...  Supongo que aquel niño devorador de historietas se sentía atraído por los rápidos trazos de lápiz, y por el inconfundible rasgueo de guitarra tantas veces oída al lado de mi padre. No me hacía falta saber que estaba ante un himno antibelicista, ni que Dire Straits acabaría configurando buena parte de mi educación musical.

Luego, con el paso del tiempo, he escuchado en directo Brothers in arms en dos ocasiones (la más reciente, el último verano), atravesado montañas cubiertas de niebla (sobre todo con la imaginación), leído innumerables cómics y paseado por ciudades oscuras, perdido a mi padre, escrito una novela sobre la guerra, navegado en velero, recorrido los acantilados de Howth en compañía de un amigo poeta.

En algún momento posterior a aquel descubrimiento de finales de los ochenta, alentado por vagas nociones de inglés, me recuerdo preguntándome si el título querría decir "hermanos en brazos" o bien "hermanos en armas". Ahora la duda está más que resuelta, aunque prefiera quedarme con la ambigüedad de entonces, acaso porque a lo que realmente me invita este tema es a abrazar a mis actuales compañeros de infortunio, a mis hermanos en armas.

__

3 comentarios:

  1. Estupenda entrada, compañero. Llena de verdad y emoción. Y por una vez sin imposturas ni máscaras. Hace que me apetezca retomar mi blog dormido.

    Un abrazo de este hermano de armas.

    ResponderEliminar
  2. Bonita entrada, amigo. Coincido con don Abelenda en que está cargada de verdad. ¡Me ha hecho emocionarme, joder! :D

    Cada vez dudo más sobre quiénes son los poetas en este nuestro Conciliábulo.

    Otro abrazo enorme del paseante de los desfiladeros de Howth.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, hermanos. He tardado en contestar porque necesitaba tomar distancia de esta entrada. No estoy acostumbrado a tales efusiones de sinceridad ;)

    ResponderEliminar