jueves, 30 de junio de 2011

Ocaso


La puesta de sol a eso de las siete, mediados de octubre, otoño, de Alcalá a Sol, el rectángulo de luz sobre la cuádriga, su rastro que se pierde por Mayor hacia Oriente, que invita a buscarlo por las calles de los Austrias, de la bohemia.

Las farolas que se encienden a mi paso por los jardines en retirada, casi vacíos, del Buen Retiro. Y al fondo, la alta sombra de edificios que insinúan Central Park. La chispa adecuada. Los fotógrafos que toman medidas de la luz del ocaso, las tonalidades rojas de los árboles enmarcando la escena.

Ahora es julio, no todavía, apenas un día antes. El sol gobierna sobre la colina de los chopos que, engullida por asfaltos y cúpulas, ya no domina Madrid. Ocho meses han pasado entre un ocaso y este sol de justicia. Es la hora de decir adiós a los residentes y a sus fantasmas.

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1 comentario:

  1. Más que un adiós, un "hasta luego". Todos somos un poquito residentes de esa residencia...

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