martes, 22 de noviembre de 2011

Margin call

Hay al menos cuatro películas realizadas por la industria americana acerca de la crisis financiera global iniciada en 2008 y en la cual sin duda todavía nos encontramos. Dos de ellas son documentales, Capitalismo: una historia de amor (Michael Moore, 2009) e Inside job (Charles Ferguson, 2010). Ambas exponen de manera descarnada los orígenes y consecuencias de la crisis, con la diferencia de que la primera, dada su fecha de rodaje, termina con un mensaje combativo (inolvidables los acordes en clave de jazz de La internacional junto a los títulos de crédito) y esperanzador ante la llegada a la presidencia de Barack Obama; mientras que la segunda finaliza como un auténtico cuento de terror al demostrar que los culpables de la crisis siguen manteniendo el poder (todo el poder) incluso en plena administración Obama.

La tercera de estas películas es Too big to fail (Curtis Hanson, 2011), producida para televisión por esa fábrica de talento que es la cadena HBO. No se atreve a tanta crítica como los documentales mencionados (de hecho, presenta como poco menos que un héroe al secretario del tesoro Henry Paulson, que si bien pudo ayudar a paliarlo no por ello es menos cómplice del desastre) pero supone una interesante dramatización de aquellos hechos, más a nivel informativo que cinematográfico.

Y así llegamos a Margin call (JC Chandor, 2011). Aquí no hay afán de desentrañar la crisis, de explicar a la audiencia cómo pudo llegarse a tamaño despropósito, de buscar culpables. Es mucho más que eso. Es el retrato de una época, del colapso del mejor de los tiempos y del peor de los tiempos, es decir, del capitalismo. Es cine en estado puro. No veía un análisis tan certero del drama que es la realidad desde Network (Sidney Lumet, 1976). El largometraje retrata tan sólo las 24 horas previas a la caída, centrándose en los empleados y dirigentes de la firma que desató la catástrofe. No hace falta más: el resto lo conocemos y lo sufrimos día tras día en nuestras propias carnes. Margin call derrocha intensidad en todos los aspectos y se beneficia de un reparto impecable, por no hablar de un guión que es una bomba de relojería, de unos personajes absolutamente creíbles o de una banda sonora encabezada por ese temazo de Phosphorescent titulado Wolves. Cada vez que el viejo lobo Jeremy Irons y el lobo cansado Kevin Spacey aparecen en pantalla asistimos a una lección magistral de interpretación, siempre al servicio de la historia y de su final, que no es más que el principio de la crisis actual. A la salida del cine me pregunto si acaso esto es lo único bueno que pueden traer décadas de rapiña y destrucción: admitiendo que las grandes tragedias suelen llevar consigo grandes obras de arte a través de las cuales el hombre trata de superarlas, ésta al menos ha servido para ofrecernos Margin call.

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4 comentarios:

  1. Yo no lo he visto, pero hay un quinto docudrama sobre el tema: La caida de Lehman Brothers.
    No se si estará bien, pero con tal de ver a James Cromwell, seguro que merce la pena...
    http://www.imdb.com/title/tt1495980/

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  2. Bueno es saberlo, aunque confieso que estoy un poco saturado al respecto. Casi tan saturado de la ficción como de la realidad...

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  3. Parece una película de lo más interesante. Y gana puntos si además uno de los protagonistas es Jeremy Iron, me encanta este tío, su magisterio interpretativo es apabullante... Tomo nota e intentaré verla. Viajera Libelular.

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  4. No dejes de verla: yo diría que es lo mejor de 2011.
    Se agradece su libelular presencia por estos páramos ;)

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