1. Es el mercado, amigo
En las últimas 24 horas, el virus se ha llevado por delante la vida de más de 800 españoles. Como si hubiéramos sufrido cuatro atentados como el del 11M en un mismo día. Y así cada día. Cuatro atentados como el del 11M a diario. Ante tal barbaridad, el Gobierno nos asegura que está comprando material sanitario a China, a precios altísimos, y que llegará… en las próximas semanas o meses. Y que puede llegar defectuoso, como ya ha ocurrido. El hecho de que se especule con el precio de las mascarillas, que en realidad es especular con la supervivencia de centenares de personas, no debería extrañarnos lo más mínimo. “Es el mercado, amigo”: ya lo dijo ese presidiario que fue vicepresidente de España y director del Fondo Monetario Internacional. Seguro que también dijo en algún momento lo que todos sabemos, que el mercado se regula solo.
En las últimas 24 horas, el virus se ha llevado por delante la vida de más de 800 españoles. Como si hubiéramos sufrido cuatro atentados como el del 11M en un mismo día. Y así cada día. Cuatro atentados como el del 11M a diario. Ante tal barbaridad, el Gobierno nos asegura que está comprando material sanitario a China, a precios altísimos, y que llegará… en las próximas semanas o meses. Y que puede llegar defectuoso, como ya ha ocurrido. El hecho de que se especule con el precio de las mascarillas, que en realidad es especular con la supervivencia de centenares de personas, no debería extrañarnos lo más mínimo. “Es el mercado, amigo”: ya lo dijo ese presidiario que fue vicepresidente de España y director del Fondo Monetario Internacional. Seguro que también dijo en algún momento lo que todos sabemos, que el mercado se regula solo.
2. Algo estamos haciendo mal
cuando Trump es el ejemplo a seguir
Una buena opción, para no
depender de los caprichos criminales del mercado mientras muere la gente, sería
intervenir la sanidad privada para requisar su material, o intervenir también
empresas y fábricas para producir lo que España necesita para salvar vidas.
Medidas que contempla el Estado de Alarma bajo el que nos encontramos desde
hace dos semanas. Medidas que ya ha puesto en marcha el presidente Trump, a
través de una ley de guerra para obligar a General Motors a fabricar respiradores para luchar contra la
pandemia. Algo estamos haciendo muy mal para que el Gobierno apenas esté tomando
medidas así. En España el personal sanitario se ve obligado a hacerse sus
propios trajes de protección con bolsas de basura, y tiene que recurrir al trabajo altruista de personas que
en sus casas, con impresoras 3D y buena voluntad, están coordinándose para
fabricar parte de ese imprescindible material médico. En cantidades minúsculas
y sin homologar, claro. Algo estamos haciendo rematadamente mal para depender
del voluntariado y de las bolsas de basura ante la mayor crisis humanitaria que
hemos sufrido desde la Guerra Civil.
3. Siempre ha habido clases: test para políticos o para quien pueda pagarlos
Según el protocolo puesto en
marcha al comienzo de la pandemia, el test para detectar el coronavirus solo se
realiza a personas que presentan síntomas. Fundamentalmente porque escasean los
componentes para realizar el test, como escasea todo lo demás. Sin embargo,
varios dirigentes políticos españoles, tanto del Gobierno como de la oposición,
además de la familia real, se han realizado el test… sin tener síntomas de
haber contraído el virus. También la sanidad privada practica el test a quien
se lo puede pagar, tenga o no síntomas. Cada test malgastado así es un test que incumple el protocolo, un test menos
donde realmente hacía falta: en hospitales y residencias de mayores, que es
donde está muriendo la gente. Ahí lo dejo.
4. Dobles vidas
Anoche vimos una peli francesa
titulada Dobles vidas, con diálogos
muy teatrales y personajes tan neuróticos como divertidos. Esta mañana de
domingo mi pareja ha salido de casa para que una amiga le entregase la visera
protectora que ella misma ha fabricado gracias a su impresora 3D. Con un poco
de suerte, mañana en el hospital encontrará la manera de ensamblar las gafas
que necesita para no contagiarse. Llevamos una especie de doble vida,
comportándonos en casa como de costumbre, con las rutinas habituales, cada vez
más acostumbrados a la anomalía de no poder salir apenas a la calle. Al mismo
tiempo, ahí fuera está en marcha una guerra, y para que no se nos olvide cada
tarde a las 20 horas los aplausos se unen a las sirenas de la policía y de las
ambulancias. Lástima que haya quienes prefieren anteponer sus privilegios y su
dinero al esfuerzo común por la supervivencia. Comencé a escribir esta entrada
el sábado, han pasado 24 horas más. Ya saben lo que eso significa. Espero traer
mejores noticias el próximo día.
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Genial chamaco, muy exacto en varios puntos de ésta travesía, hay que seguir así, la derrota no es una opción...
ResponderEliminarMuchas gracias, chamaco!
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