martes, 14 de abril de 2020

Diario del virus, quinta entrega



1. Catorce de abril

Según el diccionario de la Academia, la definición de República es: “Por oposición a los gobiernos injustos, como el despotismo o la tiranía, forma de gobierno regida por el interés común, la justicia y la igualdad”. El escritor Eduardo Haro Tecglen también definió la república como ausencia de monarquía. En España, la Segunda República fue proclamada un día como hoy, hace 89 años. En 2020, la monarquía española pasa por muy malos momentos, envuelta en diversos casos de corrupción. Hace poco me decía un amigo que hay familias de narcotraficantes con menos miembros investigados o en la cárcel que la familia real. Sin embargo, la prensa nacional soslaya la conmemoración, ni siquiera medios progresistas como El País o eldiario.es dedican espacio al aniversario. Sí lo hacen otros, como el diario Público en este magnífico artículo. La pandemia se ha llevado por delante muchas vidas, entre ellas, por su avanzada edad, la de varias víctimas del franquismo que seguían esperando verdad, justicia y reparación. Con 99 años, en su residencia de Estrasburgo, murió a causa del virus Rafael Gómez, último superviviente de La Nueve, la compañía de republicanos españoles que liberó París del dominio nazi. Hoy descubro que mi antepasado Diego de la Cruz Romero, alcalde republicano de mi pueblo, aparece en el diccionario biográfico de la Fundación Pablo Iglesias. Como decía Luis Cernuda en su emotivo poema titulado 1936: “Recuérdalo tú, y recuérdalo a otros”. Pero no debería hacer falta tener ascendientes republicanos ni profesar una ideología determinada para reivindicar el pasado democrático de este país. Sobre todo porque en España, en oposición a la tiranía de Franco y al despotismo de los Borbones, el concepto de república debería ser un horizonte común de libertad, igualdad y fraternidad: así lo especifica hasta el diccionario de la monárquica Academia.


2. El Salto

La tardanza en actualizar este Diario del virus se ha debido, entre otras razones, a la publicación en el diario El Salto de un artículo que titulé Estado de alarma solidaria. Necesitaba darme a mí mismo y a quienes puedan leerme un mensaje de esperanza, tras la indignación que destilaba la entrega anterior de este dietario. Más allá de los errores cometidos, algunos de ellos graves, es justo reconocer que a los mandos de este buque a la deriva llamado España hay personas que pretenden llevarnos a buen puerto, frente al enjambre de polizones, embusteros y falsos patriotas que prefiere el barco hundido si eso le permite tomar posesión del naufragio. Hoy me recordó un compañero los versos de Miguel Hernández: “El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza.


3. En vivo y en confinamiento

La cuarentena estimula tanto el ingenio como la creatividad. En la librería Tusitala llevamos ya dos semanas ofreciendo cuentacuentos online, gracias a la ilusión y perseverancia de una profesora de música con un talento especial para los cuentos infantiles, que ha querido seguir a nuestro lado a pesar del cierre de la librería. Me imagino, en la otra parte de la pantalla, la sonrisa de los espectadores de Tusitala, que han cambiado la visita de los sábados a mediodía por un ratito frente al ordenador. Hoy mismo fui yo quien se puso de su lado, del lado de la audiencia: más de diez mil personas seguimos el concierto que Ismael Serrano ofrecía sentado en una habitación de su casa, guitarra y voz. Un público que se encontraba al mismo tiempo en hogares de España, Chile, Uruguay, México, Argentina… la pandemia también puede servir para sentirnos unidas. Anoté la siguiente estrofa del cantautor de Vallecas: “Que la tristeza, si es compartida / se vuelve rabia que cambia vidas”.

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