Según el diccionario de la
Academia, la definición de República es: “Por oposición a los gobiernos
injustos, como el despotismo o la tiranía, forma de gobierno regida por el
interés común, la justicia y la igualdad”. El escritor Eduardo Haro Tecglen
también definió la república como ausencia de monarquía. En España, la Segunda
República fue proclamada un día como hoy, hace 89 años. En 2020, la monarquía
española pasa por muy malos momentos, envuelta en diversos casos de corrupción.
Hace poco me decía un amigo que hay familias de narcotraficantes con menos
miembros investigados o en la cárcel que la familia real. Sin embargo, la
prensa nacional soslaya la conmemoración, ni siquiera medios progresistas como
El País o eldiario.es dedican espacio al aniversario. Sí lo hacen otros, como el diario Público en este magnífico artículo. La pandemia se ha llevado por delante muchas vidas, entre
ellas, por su avanzada edad, la de varias víctimas del franquismo que seguían
esperando verdad, justicia y reparación. Con 99 años, en su residencia de
Estrasburgo, murió a causa del virus Rafael Gómez, último superviviente de La Nueve, la compañía de republicanos españoles que liberó París del dominio nazi. Hoy
descubro que mi antepasado Diego de la Cruz Romero, alcalde republicano de mi
pueblo, aparece en el diccionario biográfico de la Fundación Pablo Iglesias. Como decía
Luis Cernuda en su emotivo poema titulado 1936:
“Recuérdalo tú, y recuérdalo a otros”. Pero no debería hacer falta tener
ascendientes republicanos ni profesar una ideología determinada para
reivindicar el pasado democrático de este país. Sobre todo porque en España, en
oposición a la tiranía de Franco y al despotismo de los Borbones, el concepto
de república debería ser un horizonte común de libertad, igualdad y fraternidad: así lo
especifica hasta el diccionario de la monárquica Academia.
2. El Salto
La tardanza en actualizar este Diario del virus se ha debido, entre
otras razones, a la publicación en el diario El Salto de un artículo que titulé
Estado de alarma solidaria. Necesitaba darme a mí mismo y a quienes puedan leerme
un mensaje de esperanza, tras la indignación que destilaba la entrega anterior
de este dietario. Más allá de los errores cometidos, algunos de ellos graves, es
justo reconocer que a los mandos de este buque a la deriva llamado España hay
personas que pretenden llevarnos a buen puerto, frente al enjambre de
polizones, embusteros y falsos patriotas que prefiere el barco hundido si eso
le permite tomar posesión del naufragio. Hoy me recordó un compañero los versos de
Miguel Hernández: “El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza”.
3. En vivo y en confinamiento
La cuarentena estimula tanto el
ingenio como la creatividad. En la librería Tusitala llevamos ya dos semanas
ofreciendo cuentacuentos online, gracias a la ilusión y perseverancia de una
profesora de música con un talento especial para los cuentos infantiles, que ha
querido seguir a nuestro lado a pesar del cierre de la librería. Me imagino, en
la otra parte de la pantalla, la sonrisa de los espectadores de Tusitala, que
han cambiado la visita de los sábados a mediodía por un ratito frente al
ordenador. Hoy mismo fui yo quien se puso de su lado, del lado de la audiencia:
más de diez mil personas seguimos el concierto que Ismael Serrano ofrecía
sentado en una habitación de su casa, guitarra y voz. Un público que se encontraba
al mismo tiempo en hogares de España, Chile, Uruguay, México, Argentina… la
pandemia también puede servir para sentirnos unidas. Anoté la siguiente estrofa del cantautor de Vallecas: “Que la tristeza, si es compartida / se vuelve rabia que cambia
vidas”.
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