sábado, 15 de septiembre de 2012

La clase política como un alien



Andaba el abajo firmante, una vez más, a vueltas con la crisis y sus culpables, cuando se encontró con la siguiente afirmación en el texto de César Molinas publicado en El País bajo el título Una teoría de la clase política española: “Matt Taibbi, en su célebre artículo de 2009 en Rolling Stone sobre Goldman Sachs ‘La gran máquina americana de hacer burbujas’ comparaba al banco de inversión con un gran calamar vampiro abrazado a la cara de la humanidad que va creando una burbuja tras otra para succionar de ellas todo el dinero posible”. Rápidamente me saltó a la cara (valga la expresión) la imagen del horrible bicho que se pega al rostro de John Hurt en Alien, el octavo pasajero, con los monstruosos resultados que cualquier aficionado al cine conoce de sobra.

De manera que las instituciones financieras que provocaron la crisis, como Goldman Sachs, actúan como un alien o, por recurrir al término difundido por Acemoglu y Robinson en su libro Por qué fracasan las naciones, como “élites extractivas” que se caracterizan por “tener un sistema de captura de rentas que permite, sin crear riqueza nueva, detraer rentas de la mayoría de la población en beneficio propio”. Molinas aplica este concepto a la clase política española que, en efecto, ha creado o ayudado a crear diversas burbujas (la inmobiliaria, la de las Cajas de Ahorro, la de grandes infraestructuras inservibles como las autopistas radiales o los aeropuertos sin aviones) para succionar de ellas todo beneficio mientras, a cambio, desertizaba el país. O sea, que la clase política española (sobre todo el PPSOE y la maligna CiU) actúa como un grupo de presión que, en lugar de velar por el interés general de los ciudadanos, se mueve por sus propios intereses particulares. Exactamente de la misma manera que funcionan bancos y grandes empresas, sólo que estos últimos no dicen representarnos, ni llegan al poder mediante el voto popular, ni pretenden gobernar en pro del bien común.

Lo que César Molinas no dice, puesto que señala a la clase política como única responsable de la crisis, es que ese mismo funcionamiento de las élites extractivas es lo que desató la crisis en primera instancia. No hay más que recordar la enorme riqueza acumulada en los últimos años por inversores y directivos de ciertas compañías (Goldman Sachs, Leeman Brothers, Merryll Linch) que se dedican sistemáticamente a “succionar” la riqueza creada por otros y hundir países e incluso a sus propias compañías en el proceso. No es de extrañar que Molinas se olvide de tan pequeño detalle, puesto que fue durante siete años Director de Gestión de Merrill Lynch en Londres.

Volviendo al cine y sus engendros, la reciente y muy mejorable precuela de la saga Alien, titulada Prometheus, nos recuerda que de la evolución de uno o varios monstruos sólo puede esperarse un monstruo mayor y más letal. Si resulta que las naciones están fracasando por culpa de que las instituciones financieras se comportan como un alien, y para colmo los partidos políticos también actúan igual (succionando riqueza y dejando en el paro y en la miseria a millones de ciudadanos), estamos apañados. De la unión entre una economía vampírica y una clase política succionadora nacen monstruos perfectos, como Luis de Guindos, Director en España y Portugal de Leeman Brothers hasta su quiebra en 2008; y actual Ministro de Economía y Competitividad del Gobierno de España.

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