martes, 13 de noviembre de 2012

Guerra de clases

Atención. Interrumpimos la emisión para dar lectura al comunicado de Warren Buffett, tercera fortuna del mundo: “Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando”. Lamentamos la tardanza en hacer público dicho comunicado, pues la frase en cuestión fue registrada en 2006 en este artículo de The New York Times donde el megamillonario se quejaba precisamente de la escasa cantidad de impuestos que pagan los ricos, pero no hemos sabido de ella hasta el mes pasado gracias a esta entrevista con Susan George, presidenta de ATTAC.

Es buena la costumbre de llamar a las cosas por su nombre. Guerra de clases. Ayuda a clarificar la posición que ocupa cada uno. No es una guerra de unas potencias nacionales contra otras, sino de ricos contra pobres; así de simple, palabra de Warren Buffett. Una guerra con columnas de refugiados que huyen del país, esos miles y miles de ciudadanos que se ven obligados a marcharse del territorio patrio para buscarse la vida en el exterior. Una guerra en la que sólo uno de los bandos ejerce la fuerza mientras el otro es masacrado; una guerra en la que países como Portugal, España, Grecia, Irlanda o Italia han sido invadidos, derrotados y convertidos en colonias. Una guerra en la que el gobierno (nuestro gobierno) toma medidas cercanas al estado de excepción, pero no para defendernos de la invasión como marca nuestro ordenamiento jurídico, sino para ponerse al servicio de los invasores. Una guerra con bajas, desde luego, bajas entre la población civil sometida: en España los suicidios provocados por los desahucios, en Grecia los pequeños empresarios que se quitan la vida.

Está claro que no tenemos ejército propio ni armamento con los que rechazar la invasión. Vivimos en un país ocupado por fuerzas extranjeras, misteriosamente llamadas “los mercados”, con una clase política que en su gran mayoría se dedica a gestionar un régimen títere, de la misma manera que el mariscal Pétain regentaba la Francia ocupada por los nazis. Las comparaciones son odiosas, porque Estados Unidos, cuyo presidente por desgracia no es mucho más que la cara amable del enemigo, no va a venir esta vez a liberar Europa. Son odiosas pero en este caso nos permiten invocar a la Resistencia: mujeres y hombres de toda condición y origen (entre ellos, numerosos españoles) que se negaron a ponerse de rodillas ante Hitler. La Resistencia, además de poner bombas y disparar contra las SS, creó una amplia red de solidaridad que ayudaba y ponía a salvo a las víctimas de la ocupación; y sobre todo, mantenía las esperanzas de victoria de un pueblo en lucha. No sé a qué estamos esperando para organizarnos y hacer frente a ese enemigo que nos ha declarado la guerra. Ya se dice en una película un tanto infame, una película bélica sobre el futuro: “Si estáis escuchando esto, sois la Resistencia”.

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2 comentarios:

  1. Henry Ford dijo una vez: "Es evidente que los ciudadanos de nuestra nación no comprenden cómo funcionan nuestro sistema bancario y nuestro sistema monetario, porque de lo contrario, creo que habría una revolución antes de que llegue mañana."

    Puede que nos estemos aproximando a este momento.

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  2. Puede que sí, cada vez más gente despierta como Neo en Matrix y empieza a comprender cómo funciona el sistema. Pero no sé si eso significa que realmente vaya a haber una revolución. Falta hace, desde luego.

    Gracias por tu aportación.

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